viernes, 15 de abril de 2011

Compromiso

Tal vez, la clave de ir por la vida sin problemas es no asumir ningún tipo de compromiso mas que para con uno mismo. Uno estudia, trabaja, hace sus compras, vive en su casa, mira la tele, lee el diario, critica a los políticos del partido “verde”, critica otro poco a los del partido “violeta”, con la gente charla solamente del clima, o de gran hermano, o del bailando, practica tennis, va al gimnasio, pide delivery de helado, de sushi, de pizza, alquila películas, sale a bailar. Es un buen plan. Además de alejar a uno de los problemas, lo aleja de ese molesto malestar que implica estar pensando todo el tiempo en los demás. Sin embargo, uno no elige como ser. Acá tendrán que venir a auxiliarme las teorías biológicas, genetistas, psicologícas, porque soy completa ignota en los temas señalados. Solamente se una cosa, uno no elige ser como es, y a veces se prueba una forma de ser y no se puede volver atrás.  Básicamente hay dos caminos para elegir: compromiso, y el segundo, no compromiso, o, reformulando, el primero, compromiso para con los demás, el segundo, un compromiso limitado a un circulo mas intimo, compromiso para consigo mismo/ seres cercanos. Estar de un lado, o de otro, no significa ser mejor o peor persona, tener mas o menos valores, querer mas o menos a la gente, merecer mas o menos cosas, es un estilo de vida, una elección, aumentar, alimentar, ese primer instinto que nos viene de no se dónde. Después de todo: la vida es un conjunto de elecciones concatenadas que nos van marcando un rumbo y alejándonos de otro. También existen distintos grados de compromisos, hay quienes comprometen hasta su propia vida, quienes comprometen su tiempo, su ideología, sus ganas, su trabajo, su conocimiento, etc, etc. La cuestión radica en la primogénita elección: me comprometo o no me comprometo?, y después de esa pregunta la vida ya no vuelve a ser la misma, jamás.  

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